Médicos y enfermeras siguen haciendo su trabajo, mientras los incendios jaquean el sistema de  salud de Los Ángeles


Los incendios forestales que se propagan rápidamente y han transformado gran parte del condado de Los Ángeles en un infierno en llamas no solo están alterando las vidas de decenas de miles de residentes y dueños de negocios. También están poniendo a prueba a los hospitales, clínicas de salud, socorristas y hogares de adultos mayores de la región.

Al menos una clínica médica se ha incendiado por completo. Pacientes mayores han sido evacuados de hogares de vida asistida en ambulancias, mientras las brasas volaban alrededor de ellos y de sus proveedores. Consultorios médicos han cerrado y se han cancelado citas de rutina.

Algunos proveedores han perdido sus hogares o han tenido que ser evacuados, lo que en muchos casos les impide trabajar y dificulta que algunos centros de salud tengan el personal suficiente para atender.

Pero en medio del caos, médicos, enfermeros y otros cuidadores no dejaron de hacer su trabajo.

El martes 7 de enero por la noche, Ravi Salgia, oncólogo del City of Hope Duarte Cancer Center, vio cómo la casa situada más arriba de la suya, en Eaton Canyon, se incendiaba. Mientras caían escombros y chispas, él, su esposa y su hija mayor calcularon que solo tenían unos siete minutos para salir.

En plena noche, Salgia recibió una llamada informándole que el hospital se había convertido en un centro de comando de emergencias y que corría el riesgo de tener que evacuar, lo que significaba que debía ayudar a evaluar a los pacientes y preparar las altas.

Salgia llegó al hospital a las 2:30 am del miércoles. Lo acompañaron sus colegas, muchos de los cuales también habían sido evacuados de sus hogares.

“Todos sentimos con fuerza que necesitábamos cuidar a nuestros pacientes, sin importar lo que nos estuviera pasando física y emocionalmente, o lo que les estuviera pasando a nuestras casas. Necesitábamos asegurarnos de que las personas a las que servimos recibieran atención”, dijo Salgia en una entrevista.

Al cierre de este artículo, todavia no sabia si su casa seguía en pie.

En Pacific Palisades, se quemó por completo la St. John’s Physician Partners, una clínica de atención primaria y pediátrica afiliada a Providence Health & Services, según informó Patricia Aidem, vocera de la gran cadena de hospitales católicos con sede en Renton, Washington.

No lejos del extremo este del incendio de Palisades, Providence St. John’s Health Center en Santa Mónica, uno de los principales hospitales del grupo en el área de Los Ángeles, estuvo tan cerca de evacuar que llamó a otros hospitales de la zona para encontrar espacio para pacientes que iban a ser desplazados, dijo Aidem. El hospital USC Verdugo Hills, en Glendale, también enfrentó una posible evacuación, junto con otros centros de salud de la región.

“Todos los hospitales ubicados cerca de los incendios siguen en alerta máxima y están preparados para evacuar si las condiciones empeoran”, dijo la Hospital Association of Southern California en un comunicado.

“Los incendios están creando obstáculos operativos significativos”, agregó la entidad.

También informó que los servicios de emergencia se han visto afectados por un alto volumen de llamadas, mientras que los cierres de carreteras han dificultado el traslado de pacientes, suministros y trabajadores de salud.

A portrait of Dr. Ravi Salgia. He wears blue scrubs and has a stethoscope hanging around his neck. He smiles at the camera.
 
Ravi Salgia, oncólogo del City of Hope Duarte Cancer Center en Duarte, California, fue evacuado el 7 de enero cuando un incendio forestal amenazó su hogar en Eaton Canyon. Más tarde esa noche, Salgia fue a trabajar para ayudar a su hospital a prepararse para una posible evacuación. (City of Hope)

A photo showing a car in front of a home garage. The sky in the background is bright orange, set ablaze from wildfires.
Vista de la casa de Ravi Salgia el 7 de enero, antes de que el oncólogo y su familia huyeran en menos de siete minutos para ponerse a salvo. Salgia no sabe si su casa sigue en pie. (Ravi Salgia)

Algunas instalaciones de salud se han quedado sin luz, a la vez que “muchos miembros del personal están directamente afectados por las evacuaciones y las interrupciones relacionadas con los incendios, lo que complica aún más las operaciones”.

El jueves, el Departamento de Atención Médica Administrada de California ordenó a los planes de salud que garantizaran el acceso de sus miembros afectados por los incendios a todos los servicios médicos necesarios, incluido el surtido de medicamentos recetados.

Aidem dijo que algunos médicos y otros trabajadores de salud de Providence St. John’s en Santa Mónica y Providence Holy Cross Medical Center en el Valle de San Fernando han perdido sus casas o han sido evacuados: por todo esto tener suficiente personal se ha vuelto un desafío.

Hospitales en todo el condado informaron que sus salas de emergencia habían atendido pacientes con quemaduras, problemas por inhalación de humo e irritación en los ojos.

Más de 700 personas —y posiblemente muchas más— han sido evacuadas de hogares de adultos mayores y de otras instalaciones de atención, según el Departamento de Salud Pública de California.

El miércoles, el West Valley Health Center, operado por el Departamento de Servicios de Salud del condado de Los Ángeles, cerró a causa de un corte de luz, dijo el departamento. Y UCLA Health informó que el cierre de algunas de sus clínicas en Pasadena y en el lado oeste de Los Ángeles se debió en parte a “cortes de servicios públicos”.

El Hospital Infantil de Los Ángeles informó que dos de sus clínicas de atención especializada, en Encino y Santa Mónica, estuvieron cerradas el jueves “a causa de los impactos de la tormenta de viento, los cortes de luz y los incendios”.

Providence también cerró varias clínicas esta semana.

Los dos incendios más grandes, el de Palisades en las áridas colinas costeras del oeste del condado de Los Ángeles y el de Eaton en el lado este, han quemado juntos más de 50 millas cuadradas, destruido miles de estructuras, reducido a cenizas importantes sitios culturales, matado al menos a 10 personas y herido gravemente a muchas más.

Los vientos descomunales que alimentaron la explosión de los incendios el martes y miércoles han comenzado a menguar, aunque se esperan ráfagas significativas que seguirán complicando la tarea de los bomberos.

Por todo esto, es probable que miles de personas no puedan recibir atención de rutina en los próximos días.

Kaiser Permanente, el gigante proveedor de atención médica, dijo que el jueves tuvo que cerrar múltiples sitios médicos por los incendios, incluidas una farmacia, un laboratorio y una clínica oftalmológica.

El Hospital Huntington en Pasadena, cerca del incendio de Eaton, informó que algunas de sus oficinas ambulatorias se vieron afectadas por avisos de evacuación y por el denso humo.

Dignity Health, otro gran sistema de salud, informó que algunos de sus hospitales estaban operando con generadores debido a los fuertes vientos, y algunos, como el Glendale Memorial Hospital, habían cancelado cirugías electivas.

Otros hospitales, como USC Verdugo Hills y Providence St. John’s, suspendieron temporalmente las cirugías no urgentes a causa del impacto de los incendios forestales.

La enfermera Christine Kirmsse evacuó su hogar en Santa Mónica el miércoles por la noche y está en un hotel a una hora de distancia. Pero dijo que siente la necesidad de ir a trabajar.

“Obviamente se necesita mucha ayuda”, dijo Kirmsse. “Y es importante para mí porque tengo la capacidad para poder ayudar. En momentos como este, es cuando la comunidad es más poderosa”.

Chaseedaw Giles y Tarena Lofton de KFF Health News colaboraron con este artículo.

Esta historia fue producida por Kaiser Health News, que publica California Healthline, un servicio editorialmente independiente de la California Health Care Foundation.

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